El Devil’s Food Cake es un delicioso pastel que hará las delicias de todos aquellos amantes del chocolate, ya que lo lleva en diferentes texturas y modalidades. Un capricho dulce para darse un homenaje de vez en cuando, que esconde un delicioso sabor.
Ingredientes para el Devil’s Food Cake
1 cucharadita de bicarbonato
250 ml. de leche
280 gr. de harina
1 cucharada sopera de zumo de limón
Una pizca de sal
600 gr. de chocolate fondant
250 gr. de mantequilla
20 gotas de aroma de vainilla
220 gr. de azúcar moreno
4 huevos
200 gr. de azúcar blanco
1 cucharada de café soluble
Cómo preparar el Devil’s Food Cake
Para preparar un delicioso Devil’s Food Cake lo primero que debemos hacer es echar la leche en un bol y añadir una cucharada sopera de zumo de limón. Removemos y reservamos.
Cogemos 125 gr. de chocolate fondant y lo derretimos, metiéndolo unos segundos en el microondas. Después, le añadimos una mezcla tamizada de harina, sal y bicarbonato. Reservamos.
En este punto, ponemos a precalentar el horno a 180º C, con calor por arriba y por abajo. Mientras se calienta, batimos la mantequilla junto con el azúcar moreno y 150 gr. de azúcar blanco. Cuando los tres ingredientes estén bien mezclados vamos añadiendo los huevos, uno a uno, sin incorporar el siguiente hasta que no esté bien integrado el anterior. A continuación incorporamos la vainilla, batimos, y posteriormente la mezcla de chocolate que teníamos reservada. Seguimos dando vueltas hasta obtener una pasta homogénea.
Es el momento de añadir la mezcla de leche y zumo de limón que hemos preparado antes. Seguimos dando vueltas a la masa hasta obtener una textura cremosa, que repartiremos en dos moldes de silicona.
Metemos los moldes al horno y dejamos que se hagan los bizcochos durante media hora aproximadamente. Después, los sacamos del horno y los dejamos enfriar por completo antes de desmoldarlos.
Pasamos a preparar un almíbar para los bizcochos. Para ello echamos en una olla 50 ml. de agua y 50 gr. de azúcar. Damos vueltas, y cuando se haya disuelto el azúcar añadimos el café soluble y lo retiramos del fuego.
Cogemos uno de los bizcochos y lo colocamos sobre una fuente. Lo mojamos con el almíbar y después echamos una capa de chocolate fundido, que haya espesado ligeramente. Después colocamos el segundo bizcocho, y repetimos la operación. Por último, vertemos el chocolate sobrante sobre todo el pastel. Solo queda decorarlo con virutas de chocolate o unas fresas, que aportarán un toque de color. ¡Exquisito!